Cosas sobre las cuales reflexionar
Nuestro mundo está lleno de muchísimas cosas maravillosas:
Cosas grandes: Un Sol poniente que enciende de vivísimos colores el cielo occidental. Un cielo nocturno, tachonado de estrellas. Un bosque de árboles de majestuosa altura, lanceado por haces de luz. Sierras cuyos picos coronados de nieve relucen bajo el Sol. Océanos cuyas olas se encrestan bajo el azote del viento. Estas cosas nos comunican sentimientos eufóricos y nos llenan de reverencia.
Cosas pequeñas: Una diminuta ave cantora vuela a gran altura sobre el Atlántico, en dirección a África, pero con destino a la América del Sur. A unos 6.100 metros (20.000 pies) de altura establece contacto con un viento predominante que le da vuelta y la dirige hacia América del Sur. Guiada por sus instintos migratorios, sigue su derrotero durante varios días, y por 3.900 kilómetros (2.400 millas)… unos 20 gramos de valor envuelto en plumas. Tal hazaña nos llena de admiración y asombro.
Cosas ingeniosas: Murciélagos que utilizan sonar. Anguilas que producen electricidad. Gaviotas que desalan el agua de mar. Avispas que elaboran papel. Termes que instalan acondicionadores de aire. Pulpos que viajan por propulsión a chorro. Aves que tejen, o que construyen casas de apartamentos. Hormigas que hacen trabajo de huerto, o de costura, o mantienen “ganado”. Luciérnagas que tienen linternas incorporadas en sí. Tal ingeniosidad nos maravilla.
Cosas sencillas: Una sonrisa. El toque de una mano. Una palabra bondadosa. Una florecilla. El canto de un ave. El calor agradable de la luz solar… cosas que solemos dar por sentadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario